No pensábamos que fuésemos a tener que escribir una entrada como esta y menos cuando no llevamos más que un mes abiertos en Buceo Isla Bonita. Pero la Madre Naturaleza es así, no entiende de negocios, de sueños, de ilusiones. Tiene su propio proceso, sus tiempos y a menudo no somos capaces de entenderlos. Porque el otro día decían que la isla de La Palma es muy joven. Solo tiene dos millones de años. Dos MILLONES de años. Para unos seres que en las mejores circunstancias aspiran a vivir cien años, es incomprensible. Pero así son las islas Canarias. Volcánicas y en crecimiento. Ojalá cuando a la Tierra le da por crecer, no afectara a los que vivimos en ella pero lamentablemente, lo hace. Crece sin miramientos y como puede y no siempre es bueno ni bonito.
Nuestra idea con el blog era escribir pequeñas píldoras didácticas, sin muchas aspiraciones más allá de entretener, sobre temas que nos parecen interesantes y que están relacionados con el buceo, la vida acuática o Fuencaliente y la isla de La Palma. Hoy, también queremos hablar de La Palma pero en un tono más personal. Los que nos conocéis sabéis que no somos de aquí, no nacimos ni nos criamos aquí. Pero elegimos a la Isla Bonita sobre todos los demás lugares en el mundo para cumplir nuestro sueño, plasmar todas nuestras ilusiones y montar nuestro centro de buceo, nuestra familia y nuestra vida.
Cuando visitamos La Palma las primeras veces, vimos la belleza de su naturaleza, los fondos marinos, una visibilidad sobrecogedora, oportunidades de hacer crecer un negocio, etc. Pero hasta que no vives aquí, no sabes del todo como es la gente. Nos encontramos con gente genuinamente buena, super amable, que de verdad te quiere ayudar. Dicen los Canarios que los Palmeros son muuuy tranquilos. Lo son. Pero también son fuertes, trabajadores, acostumbrados a la adversidad, a paisajes ariscos, agrestes, a barrancos y curvas cerradas. Nos encantó la gente. Y vimos que habíamos acertado. Que aquí estaría nuestro hogar.
En el futuro, cuando sepamos más, seguiremos hablando de volcanes, del Teneguía, del San Juan, del Jedey o Cabeza de Vaca o como sea que lo acaben llamando, de las consecuencias… Hoy queremos hablar de la gente de La Palma, de su solidaridad, su bondad y su capacidad de superación. Nosotros ya queríamos ser Palmeros antes de la erupción. Ahora más.